Audrey es taxista en Boston. Un año antes renunció a su trabajo de enfermera cuando su hijo Nicholas falleció en un accidente. Su amigo médico, Chad, se esfuerza para ayudarla y convencerla de que la muerte de su hijo no fue tan inútil enseñándola el historial médico de Ray, un joven de 19 años, que no estaría vivo sin un corazón donado.